Se trata de un abrupto afloramiento de roca viva localizado en la parte más alta del pueblo que compone una balconada natural excepcional sobre la campiña y la sierra.
El Grupo de Acción Local ADEL SIERRA Norte financió el 80% de las obras que concluyeron a finales de año.
Bujalaro. 18 de enero de 2011. El Ayuntamiento de Bujalaro concluyó en la última parte de 2010 las obras de acondicionamiento en el entorno del Castillo, una zona singular y de gran importancia para los vecinos del pueblo “no sólo por el interés histórico que atesora, sino también por lo que supone en el mantenimiento y transmisión de tradiciones de generación en generación en esta localidad”, explica la alcaldesa del pueblo, Concepción Romera.
El Castillo es un abrupto afloramiento de roca viva que emerge de un costado del actual casco urbano sobre el que parece estar recostado. Es en ese lugar desde el que los agricultores, el día de San Isidro Labrador, bendicen los campos en plena primavera de la campiña. “Siempre ha sido tradición subir al santo en procesión hasta el lugar”, explica Concepción. El Castillo y su entorno componen uno de los símbolos más queridos del pueblo. La subida hasta el punto más alto nunca fue cómoda, pero hasta la reciente restauración el acceso se había deteriorado hasta el límite de impedir el paseo de los mayores.
Las obras terminaron a finales del año 2010. Exigieron una inversión total de 21.990,69 euros de los que el Grupo de Acción Local Adel Sierra Norte subvencionó un 80% (15.165,99 euros) en el marco de su línea de ayuda 321 denominada “servicios para la economía y la población Rural”. El resto son de aportación municipal.